El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha anunciado un nuevo plan para invertir 100 mil millones de pesos en la construcción de viviendas económicas, con el objetivo de reducir el déficit habitacional en México, que actualmente asciende a 8 millones de unidades.
Esta iniciativa busca ofrecer más opciones de vivienda accesible a los trabajadores, facilitando su acceso a un patrimonio propio. Sin embargo, el anuncio ha generado diversas reacciones dentro del sector inmobiliario y entre los derechohabientes.
Uno de los principales puntos de discusión es la transparencia en la administración de los recursos, ya que se trata del ahorro de los trabajadores. Especialistas han señalado la necesidad de garantizar una gestión eficiente y regulada que asegure el buen uso de los fondos y la calidad de las viviendas construidas.
Por otro lado, algunos desarrolladores privados han expresado inquietudes sobre el impacto que podría tener esta medida en el mercado inmobiliario, especialmente en los proyectos de vivienda media y alta. La construcción de casas por debajo de los 600 mil pesos podría modificar la dinámica del sector y plantear nuevos retos en términos de competencia y regulación.
A medida que el plan avance, será clave conocer los detalles sobre su implementación, los mecanismos de supervisión y la manera en que beneficiará directamente a los trabajadores. El acceso a una vivienda digna sigue siendo un desafío en México, y esta inversión representa una oportunidad para avanzar en la solución del problema habitacional.